Saltar al contenido

Consejos Preadolescentes

¿Cómo se afronta la preadolescencia? Tips para padres. En este artículo te traemos los mejores consejos preadolescentes. Sigue leyendo…

¿Qué es la preadolescencia?

También llamada «adolescencia temprana», es periodo de transición entre la niñez y la adolescencia. Si quieres más información sobre esta etapa pincha aquí y sigue leyendo…

Tips para padres

La preadolescencia es una etapa importante para el crecimiento del ser humano.

Alberto Pellai, médico, investigador de la Universidad de Milán y psicoterapeuta de la era evolutiva, en su libro titulado “La edad del tsunami” ( Editorial DeAgostini) habla de una montaña rusa. Los padres se convierten en equilibristas que tiene que negociar continuamente normas y permisos, dialogar sin ser intrusivo, mantener el control dando pruebas de confianza.

La pérdida repentina de las certezas educativas de la infancia es lo que pone en crisis a los adultos. Entre discusiones a gritos y portazos, esperan el final del túnel como un espejismo.

Revolución positiva

Los expertos, sin embargo, aseguran que vale la pena pasar por esta revolución. Esta etapa de crecimiento aporta muchos aspectos positivos, que hay que valorar. «La búsqueda de la novedad, las relaciones intensas, la exploración del mundo ayudan al preadolescente a romper con la seguridad del nido familiar y emprender el vuelo.

Es un periodo en el que surgen nuevas capacidades, nuevos impulsos evolutivos. Pero hay que tener en cuenta que una actitud educativa laxa, discontinua o demasiado permisiva les permitiría seguir su placer y sus emociones sin pensar en las consecuencias. Los padres deben mantener la calma durante la preadolescencia de sus hijos.

Precisamente porque están en una fase de cambio profundo, el preadolescente es todavía maleable, y responde mejor al «enderezamiento» y a la orientación de los padres que el adolescente que viene. Las intervenciones educativas son más eficaces para forjar el carácter. El apoyo de la familia, la escuela y la comunidad de adultos es más esencial que nunca.

Hay que ver más allá de las provocaciones, para cultivar el vínculo, para mantener alto el listón del afecto y la cercanía. Un preadolescente necesita sentirse querido, aunque haga todo lo posible por hacerse odioso. Nuestro papel es mantener una mirada cordial y que le demuestre amor.

Libertad en la adolescencia

La neurociencia lo confirma. En esta etapa, el «cerebro pensante» (cognitivo) es mucho más inmaduro que el «cerebro sentimental» (emocional). Por eso las acciones se orientan a la búsqueda de emociones. Incluso David Elkind, un gran estudioso de esta etapa de desarrollo, la ha calificado como una época marcada por la «pseudoestupidez».

En términos sencillos, es la dificultad de utilizar el potencial cognitivo de uno al máximo. El objetivo de la intervención educativa es «realinear» los dos cerebros. ¿Cómo?  En primer lugar, manteniendo la calma.

Cuando un preadolescente se enfada, su cerebro emocional está a merced de la ira, por ello, Lo que dice en esos momentos (‘Eres el peor padre del mundo por ejemplo’) viene de su lado emocional, no de su lado cognitivo. Si pierdes el equilibrio más que él, gritando, amenazándole, acentuarás su estado de activación emocional, en lugar de equilibrarle y enseñarle a utilizar sus recursos cognitivos.«

Equilibrio entre protección y autonomía

Hay que ir paso a paso. Concedes una dosis inicial de autonomía en determinados ámbitos y ves las reacciones. Si demuestra que es responsable, se le conceden gradualmente otras áreas de independencia, que pueden referirse a los viajes, las actividades de ocio, la gestión del dinero.

El preadolescente debe entender que lo importante no es disfrutar de una libertad total, sino ver que sus padres ya no le tratan como a un niño, que confían en él, en su capacidad para entender las situaciones y manejarse por sí mismo.

Errores que no hay que cometer

Solapar nuestros deseos y necesidades con los suyos. Tener esto en cuenta nos ayuda a no sentirnos mal si él o ella no saltan de alegría ante la idea de venir con nosotros al museo. Sobre todo, nos enseña a no leer automáticamente sus fracasos como los nuestros.

Convencerse de que el preadolescente en plena mutación es representativo del joven que llegará a ser. EL/ella puede verse abrumados por un inmenso aburrimiento, un desinterés general que despierta la ira y la impotencia en los adultos, pero esto también forma parte de la reorganización mental de esta fase. Pasará.

Las directrices, por tanto, son claras:

  • Comprender que se está produciendo una importante y positiva transformación evolutiva.
  • Diálogo.
  • Sea coherente y creíble.
  • No te pongas ansioso.
  • No ceder en todo por miedo a no ser querido por los niños.
  • Entender que los efectos de una buena educación no se ven inmediatamente, sino a largo plazo.
  • También es fundamental la sinergia con otros adultos: profesores, monitores deportivos, catequistas. Lo quieran o no, estos adultos, por la posición que ocupan, son modelos que los niños admiran y en los que se inspiran. Deben estar preparados a nivel psicológico para enfrentarse a ellos».

Los riesgo de la preadolescencia

«Esta flexibilidad es una gran oportunidad para la construcción del pensamiento y la socialización. Esta situación también puede hacer al preadolescente más vulnerable y empujarlo hacia comportamientos inestables o peor aún, peligrosos«.

¿Cuáles son los principales escollos?

  • La competencia con los compañeros llevada al extremo.
  • El deseo de parecer importante y de «contar» entre los amigos.
  • Deseo de escapar del control de los adultos, de ponerse a prueba.

Los adolescentes parecen imprudentes no porque subestimen los riesgos, sino porque sobrestiman las recompensas, como demostrar su valía y ganarse la admiración de sus compañeros. Para ellos estos aspectos son más gratificantes que para nosotros. De hecho, los centros de recompensa del cerebro son mucho más activos que los de los adultos».

Te dejamos unos artículos sobre otros problemas más comunes que se dan en la adolescencia

Cuando necesite ayuda adicional

¿Y si el preadolescente parece haber escapado completamente de las mallas del control educativo de los padres? puede estar indicada la ayuda profesional.

«Además de ofrecer una visión más lúcida de la situación puede transmitirle el mensaje de que sus comportamientos han superado un umbral de atención y gravedad tal que requieren una intervención inmediata.

Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos, aceptar que tenemos límites, comprender que los errores son inevitables y a menudo están inscritos en nuestra historia, porque se originan en la relación que teníamos con nuestros padres cuando éramos niños.

Lo importante es no asustarnos cuando nos equivocamos, no flagelarnos con la culpa. Lo importante es reconocer los errores para no repetirlos. No pongamos excusas ni señalemos que nuestro hijo también ha cometido errores en el pasado. Admitamos el error y estemos dispuestos a solucionarlo. Los niños aprenderán una importante lección: los adultos también saben pedir perdón.