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Bullying en la adolescencia

Qué es el bullying y los 9 tipos que existen. Consejos para prevenirlos y como tratar a victimas y agresores. todo esto y mucho más en el siguiente artículo.

¿Qué es el acoso escolar?

El bullying o acoso escolar como término, deriva del inglés «Bulling» y describe la condición de sufrimiento, desvalorización y marginación que experimenta un niño o adolescente a manos de un/a o varios/as compañeros/as.

El bullying es una situación caracterizada por la agresión intencionada, verbal, física, o virtual desarrollada de manera repetitiva, por uno o diversos estudiantes contra uno o diversos compañeros.

Bullying en la adolescencia

 El acoso escolar es una forma de intimidación recurrente y continua en la que el niño sufre formas de persecución y experimenta angustia y desvalorización. La víctima experimenta una fuerte sensación de impotencia por el hecho de no saber o no poder defenderse y vive una experiencia de marginación del grupo.

Puede producirse en cualquier contexto social, como escuelas, universidades, familias, barrios y lugares de trabajo. La agresión física o moral debe tener cuatro características:

  • La intención del autor de herir al afectado.
  • La repetición de la agresión.
  • La presencia de un público espectador de manera directa o indirecta.
  • Que al afectado le afecte la ofensa.

Cuando el afectado supera el motivo de la agresión, reacciona o lo ignora, desmotivando la acción del agresor.

Lo que lleva al autor del acoso a practicarlo es querer ser más popular, sentirse poderoso y obtener una buena imagen de sí mismo.

El comportamiento de acoso se produce principalmente durante la preadolescencia y la adolescencia y afecta tanto al género masculino como al femenino.

Tipos de bullying

El acoso es una agresión selectiva y repetitiva y, aunque no ataque al cuerpo físico, duele. El acoso físico es más común en los niños de la escuela primaria; en la escuela secundaria, el acoso es más sutil y a menudo adopta una forma social o cibernética.

Acoso físico

Golpear, dar patadas, empujar, escupir, dar puñetazos, robar o dañar la propiedad. El acoso físico ataca el cuerpo y la propiedad del niño acosado, mientras que las formas de acoso que le siguen causan daños psicológicos. Estos comportamientos implican violencia, humillación y rechazo, y están diseñados para socavar y desestabilizar a la víctima, minar su autoestima y privarla de un lugar en la escuela y en el mundo.

Bullying verbal

 

Insultar, burlarse, mofarse, dañar la reputación, humillar o amenazar a otros, hacer comentarios racistas o acosar sexualmente.

Bullying social

Poner los ojos en blanco o alejarse de otra persona, excluirla del grupo, animar a los demás a ignorarla o excluirla (bullying por omisión), difundir rumores sobre ella, crear una situación para ridiculizarla, dañar su reputación y romper amistades.

Ciberbullying

Utilizar las redes sociales, los smartphone, las apps de mensajería de texto e Internet en general para amenazar, acosar, avergonzar o excluir a alguien de un grupo, o para dañar su reputación o sus amistades. Te dejamos un artículo competo solo dedicado al ciberbullying. Sigue leyendo…

Acoso por razones de sexo

Excluir, amenazar o intimidar a la otra persona a causa de su sexo, hacer bromas o comentarios sexistas, hacer comentarios sobre la orientación sexual o los comportamientos de la otra persona, iniciar un rumor sexual sobre la otra persona.

Acoso sexual

Demanda de favores sexuales y insinuaciones sexuales no deseadas, otras serie de conductas verbales o físicas
de naturaleza sexual. Tocar/pellizcar/restringir a la otra persona de forma sexual.

Acoso racial

Tratar a alguien con desprecio por su raza o grupo étnico, hablar mal de un grupo cultural, insultar a alguien o contar chistes racistas.

Acoso religioso

Tratar a alguien con desprecio debido a sus creencias o afiliación religiosa, hablar mal de las creencias o grupos religiosos, insultarles o hacer bromas sobre sus creencias religiosas.

Intimidación a causa de una discapacidad

Excluir o tratar a alguien con desprecio a causa de su discapacidad, creando conscientemente malestar al hacer bromas o comentarios maliciosos sobre su discapacidad.

Bullying según su forma

Acoso directo

Cuando los ataques a la víctima son abiertos y muy visibles, muy a menudo ostentados delante de los compañeros; pueden ser verbales, como en el caso de las burlas, las amenazas y las humillaciones, o físicos, como los empujones, las patadas y los puñetazos, así como el abuso de las pertenencias personales de la víctima (extorsionada o dañada).

Acoso indirecto

 

Se produce cuando los ataques son ocultos, como en el caso de los rumores, las calumnias a costa de un compañero y afectan a la víctima de forma indirecta. El objetivo, en este caso, es aislar y excluir.

Adolescentes haciendo bullying verbal a una adolescente asiática.

Existe una tendencia masculina a utilizar principalmente la forma directa y una tendencia femenina a la agresión indirecta, aunque en los últimos años se ha dado cada vez más de la violencia de grupo contra las mujeres de la misma edad que tienen más éxito en la escuela o románticamente y por ello despiertan la envidia de sus compañeros o la agresión a las chicas con discapacidad o más aisladas.

Acoso individual

Acosador y víctima se sitúan en una fuerte asimetría de poder: la víctima no hace aparentemente nada para provocar al agresor, pero el comportamiento se repite en el tiempo.

Los dos papeles, además de las personas individuales, pueden ser encarnados también por grupos.

Acoso grupal

Suele ocurrir que sea un pequeño grupo de adolescentes el que moleste a un solo individuo, pero también puede ocurrir que el papel de víctima lo desempeñen varios chicos.

Cuando se produce el fenómeno del acoso grupal, las consecuencias de las acciones del grupo pueden ser incontroladas y afectar gravemente a la salud psicofísica de la víctima o víctimas, como desgraciadamente recogen muchas noticias.

El acosador lleva a cabo determinados comportamientos porque se siente autorizado por el contexto que, de forma más o menos voluntaria, le da cobertura y, en algunos casos, le apoya a través de un conjunto de mecanismos a menudo poco conscientes.

En estos casos, se desencadenan peligrosos mecanismos de agregación porque, además de favorecer el comportamiento desviado de un mayor número de jóvenes, corren el riesgo de conducir a la creación de una verdadera y propia manada, inconsciente y peligrosa.

Ocurre con frecuencia que incluso aquellos jóvenes que, en apariencia, parecen responsables e inocentes, se unen a estos grupos, y poco a poco se dejan incluir como gregarios en estos microsistemas de acosadores.

Ejemplos de bullying

El acoso escolar puede aparecer de muchas maneras, estas son algunos ejemplos:

  • Le dice cosas hirientes o desagradables.
  • Se burla repetidamente de él o ella de una manera cruel.
  • Lo ridiculiza frente a los demás.
  • Finge que no existe.
  • Lo interrumpe constantemente.
  • Lo amenaza o lo presiona.
  • Lo encierra en algún habitáculo.
  • Le quita las cosas (merienda, dinero…)
  • Lo agrede físicamente.
  • Escupe a la victima
  • Esconde la mochila con sus pertenencias.
  • Lo excluye de actividades grupales.
  • Le hace la zancadilla.
  • Herirlo con un arma punzocortante.
  • Coloca sustancias toxicas o peligrosas en la comida de la víctima.
  • Lo Empujar bruscamente.
  • Lo insulta por su procedencia étnica.
  • Hacer burlas grupales  por su aspecto física (ejemplo: sobrepeso, uso de gafas, forma de vestir, etcétera).
  • Ciberbullying. Acoso en redes sociales. Extenderemos este tema en el siguiente artículo. Sigue leyendo…
  • Tirar del pelo
  • Extiende rumores para denigrarlo.
  • Le hace bromas pesadas por su estatus socioeconómico.
  • Rompe sus deberes o material de clase.

Además de todos estos tipos de acoso, amenaza para que no lo cuente.

Actores del bullying

En este juego de poder hay cuatro figuras principales:

  • El agresor:  protagonista activo de la agresión y la prevaricación, intenta dominar a los más débiles con violencia e intimidación. Maltrata a sus compañeros física y verbalmente para someterlos a él.
  • La víctima: que sufre el abuso y la prevaricación. Estos comportamientos tienen profundas repercusiones psicológicas, estos chicos se sienten expuestos y aislados del grupo, pierden la confianza en sí mismos, no encuentran el valor de denunciar lo sucedido por miedo o vergüenza.
  • El espectador: El típico espectador es un testigo de los hechos, porque no sale en defensa de la víctima ni se une a los autores. Esta actitud pasiva puede producirse por miedo a ser también objeto de ataques o por falta de iniciativa para tomar partido. El espectador se excluye porque piensa que puede sufrir este bullying en el futuro.
  • Amigos del acosador: Los matones gregarios son chicos que buscan su propio papel, intentan afirmar su identidad a través de la «amistad» con los «más fuertes». Su naturaleza es la de los seguidores: En comparación con su líder son más ansiosos, Inseguros y poco populares. No saben echarse atrás y obedecen las órdenes del «líder» o el grupo. Normalmente son menos conscientes que el cabeza de grupo de las consecuencias de sus acciones.

La personalidad del acosador

Se trata de un sujeto con poca empatía, con una fuerte motivación de dominio y prevaricación. Se le percibe como una persona agresiva y audaz, que provoca intencionadamente el sufrimiento del otro y no siente compasión, al contrario, puede divertirle. Provoca, parece no tener miedo a nada, es pendenciero y apenas sigue las normas.

 Se comportan de forma hostil y desvalorizadora, pegan, escupen, insultan, instigan y roban. Cuestiona a las autoridades, ya sean padres o profesores.

El agresor no sólo es así en la escuela. Suele tener una relación familiar en la que todo se resuelve con violencia verbal o física y lo reproduce en el ámbito escolar.

A veces se puede pensar que es la inseguridad la que lleva a este tipo de comportamiento, y en algunos casos es así, pero no tiene por qué ser el motivo de sus actos, en muchos casos tiene un alto nivel de autoestima, se siente fuerte y superior a los demás.

Puede ser un chico brillante que tiene éxito en los deportes y en las actividades de grupo. Generalmente tiene un rendimiento escolar suficiente, pero éste puede bajar con el tiempo. No soporta la frustración y tiene una notable capacidad de manipulación, que denota cierta inteligencia y perspicacia en las relaciones interpersonales.

Con el tiempo, el comportamiento agresivo y prevaricador de estos individuos puede dar lugar a otros tipos de conducta problemática, como el alcoholismo, la delincuencia, el abuso de sustancias y una personalidad antisocial.

La personalidad de la victima del acoso

Hay algunas características que están más presentes en los chicos acosados:

  • Son individuos con una personalidad más débil que la media de sus compañeros y el acosador en particular;
  • Pueden ser ansiosos, inseguros, sensibles, cautelosos, tranquilos y frágiles.
  • Pueden no comportarse de forma asertiva, tienen aversión a la violencia y son incapaces de defenderse.
  • Pueden tener una baja autoestima.
  • Pueden ser excluidos de su grupo de iguales y buscar la protección de los adultos;
  • Su rendimiento escolar tiende a deteriorarse en la escuela media;
  • No suelen destacar en los deportes y pueden tener miedo a lesionarse;
  • Puede que no se lo cuentan a nadie lo que están viviendo porque se culpan a sí mismos, se avergüenzan o temen las repercusiones de su perseguidor.
  • Puede pertenecer a una minoría étnica o religiosa.

El objetivo suele ser un adolescente con baja autoestima y retraído tanto en la escuela como en casa. Debido a estas características, es difícil que estos jóvenes reaccionen.

Ahí es donde entra el tema de la repetición en el acoso, porque si el alumno busca ayuda, la tendencia es que la provocación cese.

Además de los rasgos psicológicos, los objetivos de este tipo de violencia suelen tener características físicas determinadas.

Los niños que son diferentes, como los que tienen un poco de sobrepeso o gafas, suelen acabar culpando a su condición física de lo que ocurre y dirigiendo su ira hacia ellos mismos.

De hecho, parece que en su percepción de la situación subyace un pensamiento: «¡Soy diferente, por eso me merezco lo que me pasa!».

El mensaje que es importante transmitir a estos chicos es que no hay nada malo en ellos y que algunos comportamientos prevaricadores son siempre condenables, independientemente de las características físicas o psicológicas de la víctima.

Tomar pastillas tras bullying. intento de suicidio

Cada vez son más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres, los casos en los que la víctima o víctimas del acoso poseen características físicas, de personalidad o estatus social deseables para el acosador y, por tanto, movido por la envidia y la frustración, el acosador ataca a este otro tipo de objetivo.

Una vez convertido en objeto de acoso, el niño elegido como víctima, probablemente será molestado por los demás compañeros de clase, porque es considerado un blanco fácil, esto reforzará el comportamiento del acosador que no se sentirá culpable por ello.

Señales de bullying

Hay muchos detalles que revelan la condición de víctima de un niño.

Es posible que la víctima:

  • Se niega a hablar de lo que le ocurre.
  • Constantemente «pierde» dinero o empieza a robar.
  • El niño llega a casa con objetos y/o ropa dañados o le faltan cosas que llevaba por la mañana.
  • Cambia su ruta habitual para ir al colegio o tiene miedo de ir andando.
  • «Ataca» a sus hermanos.
  • Tiene moratones, heridas, cortes o arañazos que no puede explicar.
  • Nunca lleva a sus compañeros a casa ni sale con ellos fuera del horario escolar.
  • Pone excusas para no ir a la escuela (incluso citando dolor de estómago, cabeza, etc.).
  • Duerme mal y/o tiene malos sueños u otros trastornos del sueño.
  • Disminuye el rendimiento escolar o muestra fobia a la escuela.
  • Tiene frecuentes cambios de humor; está muy tenso, quejoso y triste después de la escuela.
  • Prefieren la compañía de los adultos, mostrando un apego que a veces puede provocar ansiedad por separación.
  • Lágrimas y enfados frecuentes.
  • Ciclotimia.  Se considera un trastorno de bipolaridad leve.
  • Parece ausente.
  • Comienza a tartamudear.
  • Sentimientos de culpa.
  • Aislamiento, exclusión de grupos de amigos.
  • El niño es objeto frecuente de burlas en la escuela.
  • Parece incapaz de hablar en clase y parece inseguro o asustado.

El acosador, por su parte, puede repetir su estilo relacional agresivo en otros contextos:

  • Puede burlarse repetida o fuertemente de las personas con las que se junta indiscriminadamente.
  • Puede tener tendencia a regañar, intimidar, amenazar, comportarse de forma agresiva y desafiante.
  • Puede tener tendencia a dañar objetos.

Una vez reconocido el problema, los padres pueden trabajar para fomentar el diálogo sin actitudes culpabilizadoras y/o punitivas, comunicarse constantemente con la escuela, prestar atención a las experiencias emocionales de su hijo.

Será importante animar al chico a desarrollar sus características y habilidades positivas, estimulándole a establecer relaciones con sus compañeros sin aislarse.

Consecuencias del bullying

Este estilo de comportamiento tiene efectos duraderos tanto en el agresor como en el acosado.

Para el acosador/a

  • Disminución de su rendimiento escolar.
  • Pueden sufrir trastornos de conducta por no saber respetar las normas.
  • Dificultades para relacionarse.
  • Tendencia a fracasar repetidamente.
  • Tener comportamientos desviados y antisociales como la delincuencia, el robo y el vandalismo.
  • Volverse agresivos en la familia o en el trabajo.

Para la victima

Bullying verbal en la adolescencia
  • Pueden quejarse de síntomas físicos sin una causa real.
  • Síntomas psicológicos como trastornos del sueño, pesadillas y ataques de ansiedad.
  • Problemas de concentración y aprendizaje.
  • Disminución del rendimiento escolar.
  • Trastornos alimentarios.
  • Rechazo escolar.
  • Desvalorización de su identidad.

A largo plazo:

  • Pueden sufrir depresión.
  • Comportamientos autodestructivos.
  • Abandono escolar.
  • Inseguridad constante.
  • Trastornos de ansiedad (así como ataques de ansiedad).
  • Problemas de adaptación socio-afectiva, retraimiento social y aislamiento.

Cómo prevenir el bullying

El acoso escolar puedes evitarse desde las distintas perspectivas:

Si eres padre

  • Esté siempre disponible para dialogar con su hijo. Comprueba a menudo si tus hijos están bien. Conoce a sus amigos, pregúntales sobre la escuela y entender sus problemas. Anímales a que compartan contigo sus inquietudes y preocupaciones.
  • Ayudar a los adolescentes a entender qué es el acoso escolar. Hablar de lo que es el acoso escolar y de cómo pueden contrarrestarlos de forma segura. Diga a los adolescentes que el bullying es inaceptable. Explica que el origen del acoso no está en la victima, sino en la persona que acosa.
  • Enseñar a los niños que deben pararse a pensar antes de decir o hacer algo que pueda herir a alguien. Mostrar ejemplos de empatía y compasión. Los niños aprenden imitando a sus padres y de los adultos. Sea un buen ejemplo para su hijo.
  • Investiga la situación a fondo. Comprenderlo que ha sucedido, quién está involucrado y cómo comenzó. Comprender la raíz del comportamiento le ayudará tanto si su hijo es la víctima como el agresor.
  • Inste a su hijo a decirle al agresor que lo que hacer es acoso, lo cual no está permitido. Explique a su hijo que lo correcto es ir a un lugar seguro. Dígales que deben Informar del incidente a un miembro del personal de la escuela, que están ahí para ayudarle.
  • Familiarícese con los procedimientos de la escuela en cuanto a intimidación. Tenga en cuenta que el personal de la escuela se preocupa por la seguridad y hay procedimientos establecidos para ayudar a su hijo. Si su hijo es víctima de acoso, organizar una reunión con el personal de la escuela.
  • Hable con otros padres para notificarles la situación. Determinar si este acoso sucede con otros niños. Alerta a otros padres, que su hijo está siendo acosado, ya que esto le animará a hablar con sus propios hijos sobre sus experiencias.
  • Familiarizarse con las políticas y procedimientos de la zona escolar para antiacoso. Familiarícese con las disposiciones de las políticas de su zona escolar. Las declaraciones políticas del distrito escolar que se encuentran en las páginas del Consejo Escolar del sitio web de esta zona.
  • Asegúrese de que su hijo se siente seguro y protegido (y que realmente lo está). Proporcionar apoyo incondicional. Los padres deben demostrar a sus hijos con palabras y acciones que quieren lograr el mismo resultado: acabar con el acoso escolar.
  • Vigilar de cerca si su hijo muestra signos de malestar emocional. Si su hijo muestra signos de angustia emocional, busque ayuda inmediatamente.

Si eres profesor

Por regla general, los profesores son los primeros en reconocer la situación cuando un niño o adolescente es víctima de acoso.

En la actualidad, los chicos pasan más tiempo con sus docentes que con sus padres. Además, en los centros educativos es donde tienen más relación con sus compañeros.

Algunas medidas que pueden tomar los profesores son:

  • Enseñar los valores del compañerismo y la tolerancia. Los valores deben empezar en la gestión de la escuela. Los docentes son dirigidos por el director y es éste quien debe promover los valores de camaradería, tolerancia, respeto y no tolerancia al acoso.
  • Vigilar y no permitir ningún tipo de acoso. Es importante que el profesor aprenda a observar el comportamiento de sus alumnos tanto dentro como fuera del aula. ¿Insultar a alguien? ¿Tratar a alguien mal?
  • Posibilidad de cambiar de centro al maltratado. La prioridad del centro educativo debería ser que no haya maltratadores, sin embargo, la situación en muchos casos es inevitable y se necesita tener en cuenta el centro de reubicación de víctimas infantiles.
  • Instruirse y formarse. Los docentes no solamente imparten conocimientos, sino que además tienen que integrarse en la educación de su alumnado. Aprender a tener relación sana con sus compañeros, así como aprender ciertos valores es importante para el/la adolescente.
  • Comparte tus conocimientos en la sociedad. Cuando los maestros disponen de información y conocimientos suficientes, es fundamental compartirlos con otros agentes sociales. Son pocos los países en los que exista una política educativa clara sobre el bullying, de ahí el valor de dar a conocerlo.
  • Desarrollar un código de conducta apropiado. No se debe esperar a identificar los casos para actuar. Debe anticiparse y evitar que se produzcan. Para ello nada mejor que generar un clima de convivencia correcto. En este espacio de complicidad, los alumnos aprenden a compartir; aquí la tolerancia y la autocrítica tienen que ser valores críticos.
  • Colaboración e impulso en la creación de políticas educativas. Los profesores tienen la responsabilidad de luchar por los recursos que entienden que son necesarios. La enseñanza debería ser integral, por lo que además debemos abordar los inconvenientes de comportamiento, como el bullying.
  • Crear un compromiso colectivo. el profesor debe insistir en que el acoso escolar es un problema de todos y para todos, al igual que otros trastornos de conducta, Por lo tanto, todos, desde los profesores, los padres, los amigos, los familiares, etc. Deben ser conscientes de esta realidad y combatirla.

Si eres estudiante

  • No juzgues al resto de alumnos por su aspecto.
  • Jamás uses la violencia como solución a los problemas que te ocurran.
  • Informa al profesor si eres testigo de algún tipo de acoso.
  • Trata a tus compañeros como te gustaría que ellos te tratasen a ti.
  • Interactúa con los compañeros que crees que se encuentran más solos en clase.
  • Rechazar la violencia y el abuso como una forma de relación en tu entorno.

Los profesores pueden planificar intervenciones preventivas sobre el grupo de clase para promover y fomentar la mentalidad de respeto y solidaridad entre los niños. Pueden colaborar con las familias para identificar las señales más o menos sumergidas que manifiestan los chicos.

Castigar al acosador y sobreproteger a la víctima no parece dar resultados positivos duraderos y se corre el riesgo de etiquetar a los niños; en estos casos es aconsejable reforzar positivamente el buen comportamiento de los alumnos, responsabilizar a la víctima y ayudar al acosador a cambiar haciéndole comprender que no es él sino su comportamiento lo que se condena.

 Los padres, por su parte, tienen un papel decisivo para poder prestar atención a las señales de alarma, ya que el problema rara vez es expresado por los hijos: las víctimas del fenómeno suelen ser reacias a hablar de lo que les ocurre por miedo, juicio o vergüenza.

Psicoterapia familiar

El contexto terapéutico más adecuado, en estos casos, es la psicoterapia familiar.

Los padres podrían trabajar en la dirección de una mejora de su imagen propia para que se dé cuenta de que la «percepción de su propio Yo», como débil y poco amable, puede no coincidir con la «condición real de su Yo», tal vez más adecuada y apreciable de lo que piensa.

Psicoterapia familiar por bullying

 Además, los niños tienden a utilizar a sus padres como modelo de referencia, por lo que, gracias a la intervención de los padres como recurso terapéutico, es posible proporcionar modelos de comportamiento más funcionales, especialmente en lo que respecta a una buena gestión de los conflictos.

Trabajar en el reconocimiento de las emociones propias y ajenas: ya que tanto en las víctimas como en los maltratadores parece haber una dificultad para distinguir las emociones.

En la terapia se puede fomentar el reconocimiento de estas emociones, en particular de la ira propia y ajena, y de nuevas formas de expresarla, Tanto en el caso del acosador como de la víctima.

Es necesario ayudar al chico víctima de la prevaricación a elaborar sus propias experiencias, ayudándole a contar con claridad, firmeza y sin miedo las situaciones de las que ha sido protagonista, recuperando el control de la situación, aprendiendo a protegerse, recuperando la confianza en sí mismo, superando los sentimientos de vergüenza, frustración e impotencia que, si se expresan y comparten con otras personas capaces de aceptar y comprender, pueden liberar a la víctima de un gran peso.

Te dejamos un libro que habla del tema: Relación entre el clima social familiar y las actitudes juveniles ante el acoso escolar.

Los resultados de este trabajo también repercutirán positivamente en la autoestima, ya que un contexto terapéutico atento es capaz de ayudar al chico o a la familia a beneficiarse de las experiencias negativas y desagradables, a través de nuevas fuerzas y nuevos recursos personales y a incidir en los contextos de la vida para que sean más receptivos a sus necesidades.

Para luchar contra este alarmante fenómeno, es fundamental intervenir en una fase temprana mientras se dan las condiciones para modificar las actitudes inadecuadas. Todos los adultos de referencia pueden tener autoridad y competencia para hacer algo para prevenir y combatir el acoso escolar, especialmente los padres y los profesores.