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Cambios emocionales en la adolescencia

A partir de la pubertad, los adolescentes pueden experimentar sus sentimientos con mayor intensidad y ser más sensibles emocionalmente. Sus máximos pueden parecer más altos y sus mínimos, más bajos. La forma de reaccionar ante la misma situación puede variar de un día a otro.

 Están aprendiendo a lidiar con sentimientos intensos y a expresarse de forma madura. A medida que las regiones del cerebro que controlan las emociones desarrollan y practican el manejo de los «grandes sentimientos», los adolescentes son más propensos a dar un paso atrás y pensar antes de responder a las situaciones.

¿Qué son los cambios emocionales en la adolescencia?

Los cambios emocionales de la adolescencia se traducen como un conjunto de nuevas perspectivas y sensaciones que hacen que perciban su entorno de diferente manera (mucho más intensa) y que obliga al adolescente a aprender a adaptarse en su transición a adulto.

La adolescencia es un periodo bastante difícil desde el punto de vista emocional. El adolescente se enfrenta a rápidos cambios hormonales y físicos. Al mismo tiempo, siente la necesidad de conquistar su independencia y alejarse de sus padres.

Parece reacio a buscar ayuda de su familia y trata de gestionar todos estos cambios y todo el estrés que está experimentando por sí mismo.

Como resultado, se enfrenta a una intensa agitación interior, que se expresa externamente a través de la irritabilidad en el comportamiento, así como la negación y la hipersensibilidad. Los padres no suelen aceptar este comportamiento como parte de la adolescencia y lo interpretan como un exceso de mal humor y una reactividad injustificada.

Chica adolescente enfadada

Sin embargo, a medida que el adolescente intenta ser cada vez más independiente, empieza a desprenderse gradualmente de los lazos afectivos que había desarrollado con sus padres durante la infancia.

Esto conduce a una fase transitoria en la que el adolescente experimenta elementos narcisistas y un intenso egocentrismo. Sin embargo, es importante que estos lazos familiares sean sustituidos progresivamente por el contexto afectivo del entorno amistoso del adolescente.

Los sentimientos de soledad, vacío, tristeza y metas irreales parecen abrumar al adolescente. Por lo tanto, durante esta fase, las relaciones sociales con los amigos y la aceptación social ocupan el papel principal en su vida.

Los adolescentes pueden ser muy conscientes de sí mismos y muy sensibles a las emociones y opiniones de los demás. Es muy importante para ellos sentir que pertenecen y sentirse aceptados por sus compañeros.

 A veces pueden sentir que su comportamiento es el centro de atención de todos. Puede que se sientan felices o absolutamente desgraciados cuando las amistades cercanas o las relaciones románticas van y vienen. Esta intensidad de la emoción suele disminuir a mediados de la adolescencia.

Los padres y otros adultos pueden proporcionar apoyo ayudando a los adolescentes a encontrar formas saludables de manejar el estrés y procesar los pensamientos y sentimientos que puedan estar agobiandolos. Por ejemplo, pueden animarles a hacer ejercicio, meditar o tocar música. La respuesta de los adultos marca la diferencia.

Aunque a un adulto le apetezca gritar a un adolescente enfadado, es poco probable que eso ayude a resolver una situación o a solucionar un conflicto. Una respuesta tranquila puede ser mucho más eficaz.


¿Cuáles son los principales cambios emocionales en la adolescencia?

Los principales cambios emocionales en la adolescencia son:

  • Rendimiento escolar.
  • Apoyo social.
  • Apetito sexual e información sobre sexo.
  • Si es popular entre los compañeros de su edad.
  • Primer contacto con drogas y las bebidas alcohólicas.
  • Ansiedad/depresión.
  • Conducta antisocial.
  • Desarrollo de la personalidad.
  • Conductas agresivas.
  • Conducta dependiente.
  • Autoestima.
  • Trastornos del sueño.
  • Divorcio de sus progenitores.
  • Su relación con sus padres.
  • Su futuro laboral.
  • La muerte de su mejor amigo.
  • La relación con su familia.
  • Si es normal o no.
  • Si está a la altura de las expectativas de los demás.
  • Si es inteligente.
  • Su imagen física, si es guapo/a, bien vestido/a… etc.
  • La comparación con sus compañeros.
  • Su salud.
  • Si será feliz o no.
  • Su tiempo libre y la forma de utilizarlo.

En los siguientes apartados desgranaremos parte de estas preocupaciones y como poder lidiar con ellas. Quédate y sigue leyendo!

¿Qué cambios físicos y emocionales ocurren en la adolescencia?

Vinculado al desarrollo físico del adolescente, las transformaciones corporales rápidas y llamativas influyen en la conciencia y el comportamiento, junto con la autoestima, Además la comparación con los compañeros representan los primeros problemas que surgen en el adolescencia.

Cuando el desarrollo físico se produce de una manera más lenta que la de los compañeros de clase es interpretado por el adolescente como una indicador de inferioridad.

En los varones lo identificamos con la falta de peso y la baja estatura (los chicos más fuertes son más populares que los menos fuertes y además se adaptan mejor al entorno), o incluso con el retraso en el desarrollo psicológico o sexual, esto provoca sentimientos de ansiedad, inseguridad y dudas sobre el propio desarrollo.

En las mujeres, en cambio, identificamos el problema ligado al desarrollo físico con un peso y una estatura considerados excesivos, o con un desarrollo precoz (primera menstruación, aumento del tamaño del pecho…) que puede llegar a constituir un trauma en las adolescentes.

  • Otro problema fundamental de la crisis adolescente es el conflicto psicológico relacionado con el desarrollo intelectual. De hecho, entre el 11º y el 14º año se produce un progreso en el desarrollo intelectual: del pensamiento infantil de la niñez se pasa al pensamiento abstracto de la mentalidad adulta (hipotético-deductivo).
  • Sin embargo, puede favorecer la aparición de conflictos internos: uno de ellos es la insatisfacción con los pensamientos y las reglas del mundo adulto, inculcados e impuesto. Esto puede ocasionar respuestas dramáticas por parte del adolescente como el abandono de los estudios, la huida y, en el peor de los casos, el suicidio.
    Otro conflicto consecuente con los factores de la crisis adolescente es el de la marginalidad social, es decir, ver a los adultos como seres ambiguos que a veces exigen que el adolescente se comporte como un adulto, y otras veces lo excluyen del mundo adulto.

La inestabilidad emocional de los adolescentes

Se hizo un estudio sobre el tema realizado por El Instituto de Salud y Cuidados EMGO, la Universidad de Utrecht y la Universidad de Tilburg (Países Bajos), se ha publicado en la revista Child Development.

Los adolescentes calificaban su estado de ánimo diario en términos de felicidad, tristeza, ansiedad…

«Descubrimos que el inicio de la adolescencia es el periodo más inestable, pero poco a poco los adolescentes llegan a estabilizar su estado de ánimo», afirma Hans M. Koot, profesor de psicología del desarrollo de la Universidad VU de Ámsterdam y del Instituto de Investigación en Salud y Cuidados de EMGO, coautor del estudio.

Adolescente triste con capucha oscura

«Un mensaje importante que hay que comunicar a los adolescentes, los padres y los profesores es que los cambios de humor temporales durante la adolescencia temprana podrían considerarse realmente normales, un fenómeno estructural en esa etapa de crecimiento, y no tienen por qué convertirse en un motivo de preocupación.»

Los investigadores siguieron a 474 adolescentes holandeses de clase media y media-alta, de entre 13 y 18 años. El 40% de estos adolescentes presentaban un alto riesgo de comportamientos «externalizantes» (por ejemplo, comportamiento agresivo o delictivo) ya a los 12 años.

Escribiendo mensajes en Internet, los adolescentes calificaron su estado de ánimo diario en términos de felicidad, ira, tristeza y ansiedad durante tres semanas del curso escolar, y esto se repitió durante cinco años (la investigación abarcó cinco años, con un total de 15 semanas).

Utilizando estas señales diarias, los investigadores analizaron las fluctuaciones del estado de ánimo día a día y luego analizaron si mostraban cambios relacionados con el desarrollo natural a lo largo de los cinco años.

El estudio descubrió que, durante la adolescencia, el estado de ánimo de los adolescentes se vuelve gradualmente más estable en lo que respecta a la felicidad, la ira y la tristeza. Aunque las chicas mostraron más variabilidad en la encuesta anual que los chicos en cuanto a la felicidad y la tristeza, el índice general de cambio durante la adolescencia fue similar para ambos sexos.

Es probable que, con el tiempo, los adolescentes comprendan cómo afrontar mejor los cambios en su más eficazmente con los cambios en sus estados de ánimo.

Los investigadores han postulado que el estado de ánimo de los adolescentes puede volverse más estable porque los acontecimientos que son nuevos, aún no experimentados, como los que ocurren durante la adolescencia temprana (como los primeros enamoramientos y relaciones, que pueden ser emocionantes y motivadores, y los conflictos con los padres sobre el tiempo libre y la necesidad de más libertad, que pueden ser muy frustrantes)

 Esto ocurren con menos frecuencia a medida que los adolescentes crecen. Y es probable que los adolescentes comprendan con el tiempo cómo afrontar mejor los cambios de humor.

La ansiedad surgió como el único estado de ánimo que no «encajaba» en este patrón general. La inestabilidad en los adolescentes ansiosos varió con altibajos, mostrando un aumento inicial, luego una disminución, seguida de un nuevo aumento hacia el final de la adolescencia.

Esta tendencia podría explicarse por la transición a la edad adulta, sugieren los investigadores, que podría dar lugar a mayores fluctuaciones de la ansiedad al final de la adolescencia debido a las crecientes responsabilidades de los adolescentes (en referencia, por ejemplo, a tener que dejar la escuela, emprender estudios superiores o encontrar un trabajo).

«En general, la alta variabilidad del estado de ánimo tiende a pasar», señala Dominique F. Maciejewski, uno de los investigadores y primer autor del estudio.

 «Al demostrar que la mayoría de los adolescentes se vuelven menos temperamentales en el transcurso de la adolescencia, nuestro estudio proporciona una base sólida para identificar a los adolescentes que desarrollan estados de ánimo desviados.

En particular, los adolescentes que siguen siendo extremadamente malhumorados o que se vuelven aún más malhumorados a medida que avanzan en la adolescencia pueden necesitar un seguimiento más estrecho, ya que estudios anteriores han demostrado que los cambios de humor extremos están relacionados con mayores problemas emocionales, conductuales e interpersonales

Capacidad de empatizar en la adolescencia

Los adolescentes llegan a comprender mejor los pensamientos, sentimientos y creencias de los demás y el hecho de que éstos puedan ser diferentes a los suyos. Ser capaz de «ponerse en el lugar de otro» les ayuda a tener relaciones más complejas.

Es saludable que desarrollen una mayor tolerancia hacia otras personas que tienen opiniones e intereses diferentes a los suyos.

Cambios cerebrales en la adolescencia

Cabeza con engranajes siendo engrasada

Todos hemos oído hablar de los adolescentes y de sus «hormonas desbocadas». Sin embargo, las últimas investigaciones nos dicen que, aunque los niveles hormonales aumentan desde la pubertad temprana, desempeñan un papel menor en las emociones más fuertes que los adolescentes pueden experimentar a veces.

En cambio, muchos de los cambios durante la adolescencia están relacionados con el desarrollo del cerebro.

Los circuitos del cerebro adolescente se están reorganizando y madurando, en particular los circuitos implicados en las relaciones sociales, el procesamiento de las emociones y la asunción de riesgos, y la experiencia de las recompensas. Las distintas áreas se desarrollan y maduran en momentos diferentes.

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